Los alimentos y el agua tienen una gran importancia para el bienestar físico de las personas. De hecho, actualmente, existe un creciente interés por concienciar a la población de los beneficios que aporta una buena alimentación, tanto físicos como psicológicos. En este sentido, la comida y la bebida son fuentes de energía para nuestro organismo, pero, ¿son las únicas?
Ni son las únicas ni son las principales. Quizá puedes pasar varios días sin comer, beber o dormir, pero… ¿Cuántos días puedes pasar sin respirar? La respiración es algo vital para los seres humanos y se consolida como la primera fuente de energía.
En condiciones normales, podemos beber en torno a dos litros de líquidos al día e, incluso, comer un kilo de comida. Sin embargo,
la absorción de aire diario es de unos 12.000 litros. Además, la respiración no consiste únicamente en llevar oxígeno a los pulmones y eliminar el dióxido de carbono, sino que oxigena cada célula de nuestro cuerpo, ayuda al drenaje linfático y desintoxica al organismo.
A esto se une que es un proceso esencial para aumentar nuestra vitalidad física, psíquica y espiritual, y nos ayuda a restablecer nuestro equilibrio emocional.
No obstante, lo cierto es que la respiración no está exenta de complicaciones y, por eso, es importante cuidar nuestra respiración. Para ello, existen múltiples herramientas que ayudarán a paliar estas patologías y a aumentar la capacidad pulmonar de la persona.
Un ejemplo de estas es el incentivador volumétrico o espirómetro.
¿No has oído hablar nunca de él? ¡Pues sigue leyendo! En este artículo te contamos todo lo que necesitas saber sobre este instrumento, cuya utilización es más frecuente de lo que te puedes imaginar.
¿Qué es un espirómetro incentivo o un incentivador volumétrico?
El espirómetro es un instrumento de medida que se utiliza para determinar los volúmenes y las capacidades del pulmón. Generalmente, está formado por un sistema de recogida de aire y un sistema de inscripción montado sobre un soporte, que se desplaza a la velocidad deseada. Actualmente, casi todos los espirómetros son capaces de calcular la derivada del volumen medido para transformarla en flujo.
En la edad media, este instrumento se utilizaba para medir cuánto vino había ingerido una persona. No obstante, fue en 1970 cuando Bartlett diseñó el primer espirómetro de incentivo, con el que se logró alcanzar y sostener volúmenes pulmonares elevados mediante la participación activa del paciente a la hora de realizar la espirometría.
El espirómetro de incentivo se define como un dispositivo médico que se utiliza después de la cirugía o con algunas afecciones pulmonares. La importancia de este tipo de instrumento radica en que ayuda a los pulmones del paciente a que sepan cómo respirar lenta y profundamente, ya que después de una cirugía puede ser demasiado doloroso que el paciente lo haga por sí mismo.
De esta forma, un espirómetro de incentivo puede ser útil para personas que hayan tenido una cirugía mayor de tórax y abdomen, pero también para los que sufran enfisema, bronquitis crónica, bronquiectasias y asma.
Cabe destacar que, como explicaremos más adelante, en función del flujo volumétrico del paciente, la actividad con el incentivador volumétrico será diferente.
¿Qué tipos de espirómetros incentivos hay?
Existen dos tipos diferentes de espirómetros incentivos y su diferencia radica en el objetivo de cada uno. El incentivo de volumen tiene el fin de calcular y registrar la cantidad de aire que entra o sale de los pulmones en un determinado tiempo, mientras que el incentivo de flujo mide la velocidad en la que fluye el aire en todo el sistema pulmonar.
Precisamente, este último es el que más se suele ver en los hospitales y centros de salud. Está formado por esferas de distintos colores, que se encuentran situadas dentro de uno o varios cilindros. Estas se elevan y se mantienen flotando de acuerdo al flujo inspirado por el paciente. Al mismo tiempo, se observa el flujo obtenido en las escalas represe
ntadas en los cilindros.
Por su parte, el espirómetro incentivador de volumen está formado por una boquilla, un indicador de flujo, que se encarga de mostrar el rendimiento correcto al inhalar, y un cilindro con un pistón, que muestra el volumen máximo inhalado después de una inspiración normal.
Lo cierto es que el espirómetro tradicional es un aparato que se utiliza con agua salada y su principal función es obtener los estándares normales para la función ventilatoria. No obstante, su utilización podía llegar a ser molesta, ya que necesita mantener un nivel de agua apropiado para su correcto funcionamiento.
Quizá por ello, los espirómetros que no utilicen agua, como el de fuelle, son los menos costosos, aunque también los menos exactos.
No obstante, cabe destacar que, con el paso de los años y el avance de la ingeniería biomédica, se han desarrollado espirómetros electrónicos que ofrecen una mayor rapidez en la lectura, así como capacidad de memoria, exhibición digital y análisis estadísticos.
¿Cómo funciona?
Como hemos comentado anteriormente, muchas personas se sienten débiles y con dolor después de una cirugía y eso provoca que respirar pueda ser incómodo. El espirómetro no solo ayuda a mantener saludables los pulmones, sino que también puede enseñar al paciente a cómo debe tomar respiraciones lentas y profundas.
Así pues, para utilizar el espirómetro, se recomiendan seguir las siguientes pautas:
Conforme vaya inhalando, una pieza del espirómetro subirá al mismo ritmo. Es importante que la persona trate de conseguir que esta pieza suba lo más alto posible. Generalmente, el médico es el que indica qué tan profunda debe ser la inhalación, es decir, marca el lugar al que tiene que llegar esta pieza.
Este instrumento también tiene otra pieza más pequeña, cuya principal función es permanecer en la mitad de la cámara mientras la persona inhala. Por eso, tiene que tener cuidado de no inhalar ni muy rápida ni lentamente, ya que, en ese caso, la bolsa se irá a la parte alta o permanecerá en el fondo.
Para la utilización del espirómetro incentivador, hay que tener en cuenta el tipo de flujo volumétrico que tiene la persona. Es decir, si este flujo es bajo, deberá inhalar a una velocidad suficiente para levantar solo la bola de la primera cámara, mientras la segunda bolsa permanezca en reposo.
Por el contrario, para los pacientes con el flujo volumétrico alto, estos tendrían que levantar la primera y la segunda bola de las cámaras, mientras que la tercera bola es la que tiene que permanecer en su lugar, sin moverse.
Si a la hora de utilizar el incentivador, es difícil elevar la bola, o las bolsas, cuando el instrumento está en posición vertical, la persona puede inclinarlo ligeramente hacia delante. Así será más fácil utilizarlo.
Consejos para utilizar espirómetro incentivo
A la hora de utilizar el espirómetro, si tienes una incisión quirúrgica en el pecho o en el abdomen, puedes sostener fuertemente una almohada contra el vientre mientras inhalas. Eso ayudará a que las molestias al respirar no sean tan fuertes.
Por otra parte, si al realizar el proceso respiratorio no consigues llegar al número que te indicó el médico, ¡no te agobies! Conforme tu cuerpo vaya sanando y continúes practicando, mejorarás seguro.
Por último, es muy importante que si siente mareos o vértigo, interrumpas el proceso y respires como lo harías normalmente.
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